Austrolebias - W. Costa, 1998

 

Biotopo de Austrolebias, Chaco, ARgentinaEste Género perteneciente a la familia Rivulidae se distribuye en el cono sur de Sudamérica, abarcando Sur de Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina y Bolivia. Lo componen hasta ahora 43 especies y todas ellas responden a una estrategia reproductiva marcadas por el mismo patrón: son desovadores de fondo que entierran sus huevos. Otros géneros de esta familia mantienen el mismo comportamiento reproductivo, depositando bajo el suelo huevos resistentes a la sequía y con una incubación marcada por la diapausa, la cual está dividida en tres fases (ver más adelante).
La mayoría de las especies viven en charcos estacionales que se forman durante el período de lluvias y se secan por completo en la temporada seca (foto de la izquierda).

DESOVE Y MANTENIMIENTO DE LOS HUEVOS

Teniendo en cuenta que con muy ligeras variantes, todas las especies de este Género desovan en sustrato de fondo, para reproducirlos necesitaremos disponer de ese sustrato.
Entre los aficionados a los killis el sustrato más utilizado es la turba (fósil de musgo Sphagnum). Sin embargo es posible utilizar otros elementos: arcilla de rio (no se debe utilizar arena de construcción), carbonilla hervida, fibra de coco, yerba mate usada (hervida enjuagada hasta que no desprenda pigmentos), etc.
Cualquiera que sea el sustrato elegido, deberá ser bien lavado y, en el caso de la turba o la fibra de coco, habrá que hervirla durante varios minutos en agua a la cual previamente se le agregó 1 cucharada de bicarbonato de sodio por litro de agua. De este modo se neutraliza el exceso de acidez que transmitirá al agua la turba o la fibra de coco. 
Una vez hervida la turba o la fibra de coco, se la cuela por una red y, dentro de dicha red, se lava bajo un chorro de agua hasta que deje de desprender polvo. En ese momento se la escurre y se guarda en una bolsa o envase plástico bien cerrado.
Para ser usada se toma una cantidad acorde al tamaño del acuario de desove y se la coloca en un recipiente (por ejemplo una cazuela o similar) para las especies más chicas y en un recipiente de cerámica de 15 cm de alto (o una división realizada con un tabique opaco en el acuario), para las especies más grandes.

Los Austrolebias encontrarán el sustrato casi de inmediato y poco después estarán enterrándose para desovar.
Es recomendable colocar en el acuario de desove dos o tres hembras por cada macho.
Este acuario podrá ser de 20-25 litros para un trío (un macho y dos hembras) de las especies más chicas y de 30 a 40 litros para un conjunto de cría (dos machos y seis hembras). Para las grandes Austrolebias (elongatus, robustus) el acuario deberá contar al menos con 60 litros.

Una vez por semana se retirará la turba. Hay varios métodos para hacerlo, pero el más común resulta sifonear el fondo o el recipiente y sus alrededores, colando la turba en una red de artemia o utilizando una malla de microtul (como las medias de mujer). Una vez retenido el sustrato en esta malla se lo estruja bien, sin temor a romper los huevos, hasta quitarle toda el agua y dejarlo tan húmedo como el tabaco de pipa. 
Si en una inspección ocular rápida se observan muchos huevos, se guarda la totalidad del sustrato en una bolsa o envase plástico cerrado, se rotula con el nombre de la especie, fecha en que se colectaron los huevos y si hubiera, los datos de la localidad.
Si en cambio la cantidad de huevos es menor, se toma un puñado de turba y a ese puñado se van trasladando los huevos con los dedos.
Este último sistema será más seguro ya que no se conservarán juntos los huevos con los desechos, restos de alimento no consumido, lombrices y otros residuos que habitualmente hay en un acuario. Si bien los huevos fértiles no son atacados por hongos o bacterias, la descomposición de la materia orgánica puede dar lugar a la formación de sales de amoníaco y otros nitritos que se disolverán en el agua cuando se moje la turba.

Austrolebias toba (Calviño 2008)

Durante los siguientes 90 días se guardará el sustrato semi seco en lugar oscuro y fresco. Cumplido ese plazo se puede revisar la turba y observar si los huevos ya han madurado, lo cual se nota por el color ambarino que presentan. Si el embrión está listo para nacer se verán claramente los ojos y en el fondo de dichos ojos una ligera coloración amarillo-dorada.
Si la coloración es blanco-plateada, todavía no han completado la diapausa por lo que deberá postergarse el momento de la eclosión al menos entre una semana y diez días más.

 

Llegado el momento en que la diapausa se ha completado, sólo bastará colocar el sustrato con los huevos en un acuario de 5-10 litros con 2 a 5 cm de agua fresca (si es posible alrededor de 15º C) y entre 5 minutos y 12 horas después, nacerán los alevines con el saco vitelino casi absorbido por completo. A partir de ese momento se le suministrará Artemia al menos cuatro veces por día.
Según la especie de que se trate, a la semana comenzarán a comer alimento de mayor tamaño tales como gusanos Grindal (Enchitraeus buchholzi), artemia de varios días, pulgas de agua (Daphnia sp), Tubifex de tamaño pequeño (si es posible Tubifex rivolorum), lombriz picada, larvas de gorgojos (Palembus dermestoides), larvas de mosquitos tamizadas, etc.
A medida que crecen se les debe suministrar alimento acorde con su tamaño.
Adquieren la madurez sexual aproximadamente a los 50-70 días (dependiendo de la especie, la alimentación recibida, la temperatura y otras condiciones ambientales).

Austrolebias nigripinnis albino Copy www.elacuarista.com

DIAPAUSA
Según explicó Peters, 1963, la primera fase se inicia en el momento que los padres han depositado los huevos y siempre que estos se encuentren fertilizados.
A partir de ese momento se desarrolla en el interior del huevo un cuerpo redondo llamado Blástula que luego irá aplanándose hasta formar en dicha Blástula una depresión que posibilitará a las las células una transformación que dará lugar al Ameboides. En ese momento las células comienzan a migrar desde el núcleo hacia la superficie de la membrana de la yema, lugar donde se reparten uniformemente. En este momento se considera producida la diapausa I.
Es en esta etapa que los huevos pueden detener su desarrollo durante meses e incluso, en determinadas condiciones, más de un año, pudiendo el huevo permanecer inactivo todo ese tiempo. En condiciones anaeróbicas (es decir, si se encuentra en un ambiente carente de oxígeno), la diapausa I podría alargarse durante más tiempo.

Es habitual entre algunos killíferos experimentados guardar los huevos en un envase plástico (del tipo en que se vendían los rollos fotográficos) con turba saturada en agua y colocadas en la heladera (refrigerador) a temperatura de 4-5º C. Las bajas temperaturas y el medio anaeróbico harán que los huevos se conserven más de un año y, en ocasiones, dos o tres años. Al retirarlos del ambiente refrigerado deberá escurrirse la turba a temperatura ambiente (si es posible temperaturas próximas a los 17-20º C), para luego colocar en un acuario de 5 litros con 5 o 6 cm de agua a temperatura ambiente. Poco después, por el cambio de presión osmótica y la presencia de oxígeno disuelto, se reiniciará el proceso de diapausa.

Cuando el proceso se lleva a cabo de la forma "normal" no debemos pasarnos de los 3 a 4 meses para mojarlos ya que en ese caso los huevos podrían llegar a deshidratarse o a detener el desarrollo del embrión dentro de ellos produciendo la muerte o, en caso de no morir, es probable que nazcan alevines rampantes.

Huevos de A.elongatus y A. bellottii Una vez concluido el período de la diapausa I, las células Ameboides pasan a ocupar la parte inferior del  huevo. Allí se forma el entorno del embrión, comenzando por la cabeza y el corazón, pero sin  que hasta ese momento haya circulación sanguínea, dando lugar en esta fase a la diapausa II.
A partir de este momento puede iniciarse otro período de hibernación (como se menciona más arriba, guardando los huevos en medio anaeróbico y saturación de agua) o, si solamente se desea "alargar" un poco el tiempo para el nacimiento, se mantiene el sustrato con un grado menor de humedad y se guarda en lugar frío. 

El desarrollo del embrión, en condiciones "normales", continúa hasta que se forma por completo. En este momento se verá el huevo de color ambarino oscuro,0 casi marrón y con cierto grado de trasparencia. Se podrán observar nítidamente los ojos (tal como se comentó más arriba). Si en ese momento se lo sumerje en agua, seguramente nacerá entre 5 minutos y 12 horas después. Pero, si no se lo moja entrará en la fase de diapausa III a la espera de nacer cuando lleguen las lluvias (en su ambiente natural) o cuando se sumerja el sustrato (en ambiente controlado, o sea en el acuario). En esta fase se detiene totalmente la circulación sanguínea y el embrión, ya convertido en larva, queda en estado latente dentro del corión (o cáscara del huevo) durante algunos días, semanas o, en algunos casos, meses.

Si entrado en diapausa III el huevo no se hidrata dentro de un plazo de tiempo "normal", puede ocurrir que el embrión muera, se deshidrate, se deforme su vejiga natatoria o la falta de sangre en ciertos órganos los atrofie por completo. En cualquiera de esos casos o bien no habrá de nacer o nacerá con deformidades o rampante.
Ahora bien, qué consideramos "tiempo normal". Lo normal en algunos casos puede no serlo en otros.
Un plazo normal se alarga si el sustrato se conserva en un recipiente hermético con bastante humedad y con temperatura baja (digamos menos de 18º C). El tiempo normal se acorta considerablemente si mantenemos el sustrato con poca humedad y temperaturas más altas (digamos más de 24-27º C).
Por lo tanto podríamos tomar como tiempo "normal" tres meses guardando el sustrato en un medio de humedad similar al tabaco de pipa y a una temperatura de 22º C promedio.
Pero esto tampoco es una regla válida para todos puesto que, por ejemplo, las especies argentinas del Chaco Salteño, sobre el Trópico de Capricorno, tienen un régimen de temperaturas inverso a las de la región pampeana ya que nacen en pleno verano y se incuban durante las temporadas más frías (y por tanto tardan más de tres meses en madurar).
Por eso decimos que lo normal para unos no lo es para otros.

Austrolebias patriciae Copy Pablo Calviño

LOS ALIMENTOS
Austrolebias, al igual que otras especies anuales sudamericanas, requieren una dieta rica en proteínas animales para facilitar su ritmo de crecimiento.
El metabolismo de estos peces está adaptado a un régimen de vida muy corto y acelerado en el cual nacen, crecen, se reproducen y mueren en menos de seis meses (y en muchos casos en sólo tres o cuatro meses). Por lo tanto las propiedades de los alimentos son fundamentales.
Siempre que se pueda debemos suministrar alimentos vivos (lombrices, larvas de insectos, crustáceos pequeños, etc). En el caso de los megalebias, tales como A. elongatus y A. monstruosus, la alimentación en su ambiente natural es piscívora y por lo general su principal alimento son otros Austrolebias más pequeños, Gammarus, especies vivíparas y ovovivíparas (Cnesterodon, Gambusia, Jenynsia, Phalloceros) y otros insectos acuáticos y terrestres.

Por otra parte, los alimentos vivos mantienen activos los instintos de cazador lo que mejora el estado general del pez. Claro que si no se le puede suministrar alimentos vivos, habrá que intentar con otros recursos, tales como corazón vacuno congelado y rallado, pulpa de carne raspada, hígado de pollo hervido y aplastado, pechuga de pollo hervida, etc. También pueda suministrarse una dosis diaria de Enchitraeus albidus y Enchitraeus buchholzi (Grindal) que se cultivan artificialmente.
Se puede intentar con alimentos preparados, especialmente en escamas. En el caso particular del autor, muchas veces se alimentaron Austrolebias con alimentos secos, pero el resultado fue un crecimiento desparejo y más lento y llegado el momento del desove, el resultado fue magro. La excepción fueron Austrolebias patriciae (colectadas en la localidad de "Río de Oro", Chaco), que si bien crecieron lentamente, llegado el momento desovaron y sus descendencia fue abundante y normal.
La experiencia general demuestra que con alimentos vivos, al menos una comida diaria, se obtienen mejores resultados

Austrolebias nonoiuliensis Copy www.elacuarista.com

SEX RATIO
Como en la mayoría de los killis, también en Austrolebias el sex ratio está determinado por las condiciones ambientales. Esas condiciones básicamente se refieren al agua, cuyo pH y temperatura influyen en la cantidad de ejemplares de cada sexo.
En esto hay muchas opiniones encontradas y hasta opuestas, por lo que cada quien obtendrá sus propias conclusiones sobre la base de la experiencia personal.

A pesar de todo, se han reportado experiencias en las cuales un pH bajo o alto modifica el sex ratio naciendo más machos con pH menor de 6 y más hembras con pH mayor de 8. Esto parece ocurrir con mayor frecuencia en las especies Cyprinodontiformes ovovivíparas que en las ovíparas.

 


ESPECIES
Las 43 especies descritas hasta la fecha son:

Austrolebias adloffi Ahl, 1922
Austrolebias affinis (Amato 1986)
Austrolebias affinis Amato, 1986
Austrolebias alexandri Castello & López, 1974
Austrolebias apaii Costa, Laurino, Recuero & Salvia, 2006
Austrolebias arachan Loureiro, Azpelicueta & García, 2004
Austrolebias bellottii Steindachner, 1881
Austrolebias carvalhoi Myers, 1947
Austrolebias charrua Costa & Cheffe, 2001
Austrolebias cheradophilus Vaz-Ferreira, Sierra de Soriano & Scaglia de Paulete, 1964
Austrolebias cinereus Amato, 1986
Austrolebias cyaneus Amato, 1987
Austrolebias duraznensis García, Scvortzoff & Hernández, 1995
Austrolebias elongatus (Steindachner, 1881)
Austrolebias gymnoventris Amato, 1986
Austrolebias hellneri Berkenkamp, 1993
Austrolebias ibicuiensis Costa, 1999
Austrolebias jaegari Costa & Cheffe, 2002
Austrolebias juanlangi Costa, Cheffe, Salvia & Litz, 2006
Austrolebias litzi Costa, 2006
Austrolebias luteoflammulatus Vaz-Ferreira, Sierra de Soriano & Scaglia de Paulete, 1964
Austrolebias viariusAustrolebias luzardoi  Perujo, Calviño, Salvia & Prieto, 2005
Austrolebias melanoorus Amato, 1986
Austrolebias minuano Costa & Cheffe, 2001
Austrolebias monstrosus Huber, 1995
Austrolebias nachtigalli Costa & Cheffe, 2006
Austrolebias nigripinnis Regan, 1912
Austrolebias nigrofasciatus Costa & Cheffe, 2001
Austrolebias nioni Berkenkamp, Reichert & Prieto, 1997
Austrolebias nonoiuliensis Taberner, Fernández-Santos & Castelli, 1974
Austrolebias paranaensis Costa, 2006
Austrolebias patriciae Huber, 1995
Austrolebias paucisquama Ferrer dos Santos, Malabarba & Costa, 2008
Austrolebias periodicus Costa, 1999
Austrolebias prognathus Amato, 1986
Austrolebias quirogai Loureiro, Duarte & Zarucki, 2011
Austrolebias reicherti (Loureiro & García, 2004)
Austrolebias reicherti Loureiro & García, 2004
Austrolebias robustus Günther, 1883
Austrolebias salviai Costa, Litz & Laurino, 2006
Austrolebias toba Calviño, 2006
Austrolebias univentripinnis Costa & Cheffe, 2005
Austrolebias vandenbergi Huber, 1995
Austrolebias varzeae Costa, Reis & Behr, 2004
Austrolebias vazferreirai Berkenkamp, Etzel, Reichert & Salvia, 1994
Austrolebias viarius Vaz-Ferreira, Sierra de Soriano & Scaglia de Paulete, 1964
Austrolebias wolterstorffi Ahl, 1924
Austrolebias (Megalebias) elongatus Steindachner, 1881

 

Austrolebias alexandri - "Ceibas" (Entre Ríos, Argentina)